Macken XII: cuando el rock se convierte en ese refugio sonoro

Imagen tomada de las redes de la banda

Ciudad de México. En una entrevista exclusiva con Macken XII, tuve la oportunidad de conocer a dos de sus integrantes: Dave y Jimmy en una charla que fue amena y bastante agradable y donde pudieron compartir un poco más sobre la propuesta de su banda, la cual fusiona sonidos, imágenes y emociones con una estética futurista que coquetea con el cyberpunk, y que al mismo tiempo se mantiene fiel a la fuerza del rock como motor de transformación.

Estos chicos han creado un universo propio donde la intensidad y la energía se entrelazan con una vibra casi cinematográfica, invitando a sumergirse en un mundo distinto, un refugio para quienes buscan algo más que acordes repetidos o fórmulas gastadas.

Lo curioso es que su historia no comenzó en un gran escenario ni en un estudio de grabación, sino en un concurso escolar. Ahí, entre nervios y miradas, nació esa chispa que los sigue acompañando hasta hoy. “Fue la primera vez que me sentaba frente a un público. Tenía miedo, pensé que no me iba a salir, pero descubrí algo de mí que no conocía”, recuerda Jimmy, la guapa vocalista.

Ese primer encuentro con los nervios —y con el placer de enfrentarlos— se convirtió en revelación. La música, más que un pasatiempo, apareció como un destino. “Me gustó tanto que se volvió adictivo, me ayudó a conocer partes de mí que nunca había visto”, confiesan.

Como ellos mismos dicen, la música se transforma. Lo que empieza como una idea pequeña, al trabajarse y presentarse en vivo se convierte en una experiencia irrepetible: “Siempre pasa lo que nunca pensaste. Subes con un montón de ideas en la cabeza —si me van a abuchear, si me van a aplaudir—, pero al final lo que sale es algo nuevo, algo que ni nosotros sabíamos que estaba ahí”.

La dinámica creativa de Macken XII también ha sido un aprendizaje constante. Con formaciones y experiencias distintas, los integrantes encontraron la manera de complementarse y comunicarse: “Yo sentía como otro idioma. Jimmy y yo buscamos lo mismo, pero por distintos caminos. Cuando me decía, ‘hazle un chiquitintapum’, yo ya sabía traducirlo, y viceversa. Su curiosidad es increíble, y la mía se nutre de la academia; juntos aprendemos, crecemos y superamos obstáculos”, compartió Dave.

El rock, dicen, no es solo música; es un refugio, un motor de expresión y rebeldía: “Siempre nos ha gustado tocar lo que nos gusta, aunque no esté de moda. Esa honestidad nos conecta con quienes nos escuchan. Nos dicen: ‘Qué padre, ¿qué es esto?’ Y sentimos que estamos haciendo algo real, con pasión, sin seguir la corriente”.

Sus temas buscan despertar al público, romper la rutina y hacer vivir la experiencia del rock: “Cuando tocamos ‘Make Them Rumble’, queremos que la gente brinque, grite, saque toda su energía acumulada. ‘Disper’ es un grito de furia; ‘Overture’ es el impulso de empezar, sin importar los obstáculos. Queremos que se sientan libres, conectados, humanos”.

Incluso al reinterpretar clásicos, como su versión de Paranoid de Black Sabbath, la banda mantiene esa filosofía: “Quisimos darle nuestra perspectiva, ponerle nuestro toque máquina. La letra habla de la presión, de pelear contigo mismo, de no rendirse. Queremos que las personas lo sientan, lo vivan y lo hagan suyo”.

Hoy, su mensaje final es claro: sé tú mismo, exprésate, no sigas la corriente por moda, abraza lo que eres y comparte tu universo. “Que sean ellos mismos, que se sientan parte de nuestra historia, que vivan este universo Maken, que se pongan sus tíngres de negro, canten rock, y que lo hagan con pasión”, concluyen.

Y así, entre música, anécdotas y filosofía de vida, Macken XII nos recuerda que el rock sigue vivo, no solo como género, sino como espacio para explorar emociones, conectar con otros y, sobre todo, encontrar tu propio ritmo en este mundo caótico.

Puedes consultar la entrevista completa dando click aquí: