Emilia carga en la voz toda una herencia cultural: la poesía infinita de Neruda y Mistral, la vulnerabilidad de Violeta Parra, la memoria resistente de Víctor Jara, los mundos sonoros de Mon Laferte, Camila Moreno… Todo ese árbol artístico chileno vive dentro de ella, pero lo que está construyendo ahora es una rama nueva: una identidad llena de luz y paz, con una esencia más madura y profundamente honesta.

Detrás de este sonido están Sony (voz y guitarra) y Gamma (voz y productor), dos músicos que llevan casi una década transformando experiencias personales en canciones que conectan por su honestidad. De pronto cantan letras que nacen de conversaciones sobre la vida, los hijos, los amores que se van o el simple impulso de gritar “¡al carajo!” cuando toca soltar.