Matute y su Disco Stereo Tour: una fiesta retro que sigue haciendo historia
- Gris Cruz
- hace 4 días
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Actualizado: hace 1 día

Imagen por: Arqueles García
La noche del viernes 23 de mayo, la Arena Monterrey se convirtió en una gigantesca pista de baile gracias a Matute, que volvió a demostrar por qué es sinónimo de fiesta, nostalgia y pura energía. Con su Disco Stereo Tour, la banda mexicana nos regaló una noche llena de brillo, hits y emociones ochenteras que conectaron con generaciones enteras.
Desde el primer acorde, Matute encendió el ambiente con una ejecución impecable y un repertorio que viajó entre décadas, recuerdos y ritmos. El público no tardó en levantarse de su asiento para cantar, bailar y dejarse llevar por un medley tras otro de éxitos inmortales. Porque cuando suenan canciones de Whitney Houston, Journey, Abba, Irene Cara, Daniela Romo, Flans, Timbiriche, Juan Ga, Lupita D´Alessio, Yuri, Rigo Tovar, Magneto, Camilo Sesto, Christian Castro, Emmanuel o José José, es imposible quedarse quieto.
LA EXPERIENCIA
Más que un concierto, lo que Matute ofreció fue una experiencia envolvente: una producción visual imponente, un sonido impecable y la vibra imparable de una banda que nació con el ADN de los 80 en el corazón. El Disco Stereo Tour no solo celebra la música de antaño, la reinventa y la hace vibrar con fuerza en el presente.
Jorge D’Alessio junto a Tana Planter, Nacho Izeta, Pepe Sánchez, Irving Regalado y Paco "El Oso" Morales no decepcionaron. Al contrario, lograron una velada inolvidable, llena de momentos que desbloquearon recuerdos, sonrisas y muchas ganas de seguir bailando. Porque si de poner el ambiente hasta el tope se trata, nadie lo hace como Matute.
El Disco Stereo Tour fue una bomba de nostalgia, brillo y fiesta total. Las más de dos horas el venue se transformó en una pista de baile gigante con puros hits ochenteros, luces neón, lentejuelas y la energía imparable de miles de almas que cantaron, bailaron y viajaron en el tiempo con cada canción en una locura de recuerdos y emociones en vivo.
Imágenes por: Arqueles García
UNA NOCHE EMOTIVA
El prendidísimo concierto no solo fue una fiesta musical, también tuvo espacio para la emoción más genuina. En medio del show, Jorge D’Alessio se tomó un respiro y, visiblemente conmovido, compartió un momento muy personal relacionado con su la salud de su hija. Las lágrimas llegaron sin aviso, y con ellas, un mar de voces del público regiomontano lo arropó con palabras de aliento y cariño.
Fue un instante real y humano que rompió la barrera entre artista y audiencia. Y tras ese silencio lleno de afecto, Jorge recuperó la energía, levantó el ánimo y con una sonrisa renovada anunció: “Vamos a empezar a subir el calor”.
Con ese mismo entusiasmo, reveló la nueva guía musical de Matute se rige por una sola regla creativa —100 canciones, ni una más ni una menos, todas lanzadas originalmente bajo el mítico sello EPP. Una curaduría hecha con respeto, memoria y pasión absoluta por una época que sigue viva.
“¿Están listos?”, preguntó al público. La respuesta fue un rugido colectivo. Ahí, en ese instante, se sintió la complicidad viva entre Matute y su gente: un diálogo sin filtros, íntimo y vibrante.
LOS OCHENTAS SE APODERARON DE LOS REGIOMONTANOS
En Monterrey, Matute ofreció mucho más que un concierto: fue una experiencia sensorial, emocional y completamente nostálgica. Laescenografía también contó su propia historia: pantallas con estética VHS, imágenes de tenis Nike Air Force 1, trapper keepers gigantes, y guiños a E.T. o Star Wars que despiertan la nostalgia como un superpoder con fuego y chispas que encendían el escenario y serpentinas que envolvían la felicidad del público durante el show, los 6 integrantes de la banda fueron el corazón palpitante de una fiesta retro que no conoce fronteras. Porque Disco Stereo Tour no solo celebra el pasado —marca un nuevo comienzo.
Con próximos destinos como Brasil, Chile, Costa Rica, Francia, Reino Unido y Canadá, Matute deja claro que este viaje apenas comienza. Y el mundo está invitado a bailar.
Imágenes por: Arqueles García
Entre luces, gritos y la vibra ochentera que define cada concierto de Matute, el líder de la banda se tomó un momento para presentar a su hermano de vida y talento: Pepe Sánchez, uno de los mejores pianistas del país y rostro de Yamaha México, con quien lleva más de 18 años compartiendo escenarios.
Pero la verdadera sorpresa vino después. Jorge explicó que llevaban casi dos décadas esperando el momento ideal para atreverse a hacer algo distinto: un popurrí de canciones de desamor, de esas que se cantan con el alma rota y una copa en la mano.
“Si vas a tocar este tipo de canciones, tarde o temprano te vas a topar con intérpretes de la talla de Rocío Dúrcal o la D´Alessio”, dijo con humor, pero también con respeto. Porque interpretar esos temas, aseguró, requiere un nivel musical y vocal altísimo. Matute, siempre comprometido con la calidad, decidió que al fin era tiempo.

Así nació el “Bacacho Negro”, una oda al despecho con todo el estilo de la banda. Un momento íntimo dentro del espectáculo, donde la emoción fue tan protagonista como la música. “Si al terminar estas canciones nos ganamos tu aplauso, nos vamos felices”, cerró Jorge, en uno de los momentos más sinceros y entrañables de la noche.
Y sí, Monterrey aplaudió. Fuerte. Largo y con el corazón en la mano.
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