Los sonidos del verano conquistaron el otoño: The Beach Boys cierran el Festival Santa Lucía con una noche histórica.

Imagen por: Arqueles García

Monterrey, Nuevo León. Los acordes del eterno verano californiano sonaron en suelo regiomontano. The Beach Boys clausuraron la edición número 18 del Festival Internacional Santa Lucía con un concierto que reunió a más de 40 mil asistentes frente a la Explanada de los Héroes. El aire olía a nostalgia, a juventud, a sal y a historia viva: la de una banda que ha marcado generaciones enteras y transformado la música popular del último siglo.

Desde los primeros minutos, el público se entregó sin reservas. La explanada se convirtió en una pista de baile donde familias enteras —abuelos, hijos y nietos— coreaban “Surfin’ U.S.A.” como si el tiempo nunca hubiera pasado. Entre luces cálidas y visuales que mostraban playas, tablas de surf y escenas de cine clásico, Monterrey se convirtió por una noche en la costa de California.

Imágenes por: Arqueles García

La emoción se mezcló con un tono de homenaje. Tras la muerte de Brian Wilson, genio y corazón creativo del grupo, cada acorde de “God Only Knows” sonó como una despedida emotiva. Mike Love y Bruce Johnston, con más de seis décadas sobre el escenario, demostraron que el espíritu californiano sigue intacto. Sus voces, junto con una banda impecable de nueve músicos, mantuvieron la armonía vocal que distingue a los Beach Boys desde sus días en el garaje familiar de Hawthorne, allá por 1961.

El repertorio fue un recorrido por la historia del pop y el rock: “Wouldn’t It Be Nice”, “Good Vibrations”, “Sloop John B”, “Kokomo” y “Barbara Ann” hicieron vibrar a un público multigeneracional. Hubo lágrimas, sonrisas y miles de voces unidas cantando “Don’t Worry Baby” con esa mezcla de melancolía y esperanza que sólo ellos saben provocar.

Imágenes por: Arqueles García

La presidenta del festival, Victoria Kühne, agradeció a los asistentes por acompañar las 32 noches de arte, cine, teatro y música que culminaron con este broche de oro. “La música une al mundo”, dijo Brian Wilson alguna vez, y anoche esa frase cobró vida en cada aplauso, en cada coro, en cada mirada emocionada.

Porque The Beach Boys no sólo trajeron canciones: trajeron un pedazo del sueño americano, del surf y del sol, de aquella época en la que la música era libertad. Y sí, los sonidos del verano llegaron justo a tiempo para despedir el otoño… con el corazón lleno y el alma tarareando “Fun, Fun, Fun”.