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Napoleón Sinfónico: cuando la música se vuelve abrazo

  • Foto del escritor: Gris Cruz
    Gris Cruz
  • hace 2 días
  • 2 Min. de lectura
Imagen por: Ale Sobrevilla
Imagen por: Ale Sobrevilla

Monterrey, Nuevo León. Hay noches que no pasan, que se quedan resonando en el pecho como un eco dulce. Así fue el concierto sinfónico de Napoleón el pasado 21 de junio en esta ciudad: una travesía musical donde los recuerdos cobraron vida con la fuerza de una orquesta y la poesía de un alma generosa.


El Escenario GNP Seguros fue testigo de una celebración profunda: la de un artista que no solo ha cantado durante más de cinco décadas, sino que ha acompañado a generaciones enteras con sus versos íntimos y entrañables. José María Napoleón, el eterno “Poeta de la Canción”, volvió a escena con su gira "Vive por siempre", y cada minuto fue una carta de amor a la memoria colectiva.


Desde el primer acorde, el público se sumergió en un mar de emociones. “María Susana”, “Sin tu amor”, “Pajarillo”, “30 años”, “Eres”, “Ella se llamaba Martha”… no eran solo canciones, eran fragmentos del alma que volvían a florecer. Hubo espacio para la nostalgia, para el amor, para el humor y para la ternura de quien ha aprendido a mirar el mundo con ojos sensibles.

Imágenes por: Ale Sobrevilla

La orquesta, precisa y conmovedora, abrazó cada palabra como si fuera un tesoro. Y Napoleón, fiel a su esencia, no necesitó grandes artificios: bastó su voz, su honestidad y la profundidad de sus letras para llenar cada rincón del recinto con verdad.


“La música no tiene ni edad ni tiempo”, dijo a medios nacionales. Y esa frase se convirtió en la esencia de la noche: un concierto donde el ayer, el hoy y el siempre se dieron la mano, donde cada melodía fue un espejo, y cada emoción, un himno.

Imagen por: Ale Sobrevilla

Porque hay artistas que no solo se escuchan, se sienten. Y Napoleón, una vez más, nos recordó que cuando el arte nace del corazón, nunca deja de latir.


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