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Entre montañas y nieve: primer encuentro con el esquí en Québec

  • Foto del escritor: Jaydee Turru
    Jaydee Turru
  • 4 oct
  • 3 Min. de lectura
Foto: Québec, Canadá
Foto: Québec, Canadá

Hay quienes nacen con la nieve en los pies, deslizándose como si el hielo fuera una segunda piel. Los canadienses, por ejemplo, parecen haber llegado al mundo con esquís o patines calzados de fábrica. Nosotros, los mexicanos, solemos mirar esas montañas como quien contempla un misterio. Pero el encanto de Québec está en abrirte la puerta para que tú también lo descubras, paso a paso, caída a caída, hasta convertir el vértigo en gozo.


El viaje comienza mucho antes de lanzarte a la pendiente. Empieza en la elección del equipo: esquís, bastones, botas y casco que puedes rentar sin necesidad de comprarlos, porque aquí todo está dispuesto para el recién llegado.

Resorts como Mont Tremblant, cuya temporada va del 27 de noviembre al 19 de abril, te permiten reservar con antelación, elegir tallas y nivel de experiencia. Si lo prefieres, un Ski Butler llevará el equipo hasta la puerta de tu alojamiento, como un mayordomo de la nieve que aparece con lo indispensable para tu aventura y desaparece al final, sin que tengas que cargar nada más que tus ganas de deslizarte.


Hay algo mágico en los lugares ski in/ski out: hoteles y cabañas desde los que puedes salir esquiando y volver del mismo modo, como si las montañas fueran una extensión de tu propia casa.


Foto: Québec, cabañas para hospedarse
Foto: Québec, cabañas para hospedarse

La tarifa, claro, varía según destino y temporada: en Tremblant, por ejemplo, un día completo de renta ronda los 87 CAD para adultos y 52 CAD para niños. En Bromont, los Cantones del Este, puedes elegir entre medio día o jornada completa, con precios desde 65 CAD. En el Massif de Charlevoix, la experiencia oscila entre 68 y 99 CAD, con opciones incluso de medio día.


Pero nada baja de la montaña que no haya subido primero. Para eso existen los lifts o telesillas, cuyas tarifas también forman parte de la aventura: en Charlevoix van de 135 a 166 CAD, en Mont Tremblant entre 155 y 185 CAD para adultos en temporada alta. Son los pasaportes invisibles que te llevan hasta la cima, donde empieza el verdadero juego.


Y aquí, la montaña te habla en colores. Verde para los que empiezan, pistas anchas y generosas que enseñan a escuchar la nieve bajo los pies. Azul para los que ya se atreven a soltar el miedo. Rojo para los avanzados que buscan giros y pendientes. Negro, en diamante sencillo o doble, para los que dominan la técnica y desafían lo extremo. Cada pista es una conversación con la montaña, una curva nueva en tu propio aprendizaje.


Foto: Québec, paseo en trineo con perros
Foto: Québec, paseo en trineo con perros

Y aunque el esquí sea el corazón, Québec guarda muchos otros latidos: pescar sobre un lago congelado, perderse en bosques de motonieve, sentir el tirón alegre de un trineo de perros, caminar con raquetas sobre la nieve fresca, navegar en un kayak helado o sumergirse en un spa nórdico, donde el vapor contrasta con la tormenta que danza afuera.


Québec no es solo un destino: es un poema invernal escrito en blanco, con letras de hielo y tinta de auroras. Es un llamado a dejar lo cotidiano, a desafiar el frío con la calidez de su gente, a abrir la puerta de una cabaña y encontrar que la aventura comienza justo ahí, donde la nieve toca tu piel por primera vez.


Este invierno, atrévete a deslizarte. ¡Québec te espera!

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